Tu silencio es condena inmerecida,
no comprendo la razón de tu partida,
me dejaste con el alma a la deriva,
soportando tu marchita despedida.
Tu silencio tormentoso es un acecho,
fue castigo despiadado tu silencio,
¡qué suplicio es ahora el que siento!
a mí todo me recuerda tu desprecio.
Tu silencio es una cárcel sin salida,
hoy me siento perdida y aturdida,
en cadenas arrastraste mi alegría,
queda solo mi esperanza desteñida.
Tu silencio es borrasca enfurecida,
como un río que arrastra mi agonía,
demostraste tu bajeza y cobardía,
me dejaste como al ave malherida.
Tu silencio retumbó con osadía,
sólo puedo escuchar tu lejanía,
vete ahora, vete ahora de mi vida,
tu silencio me persigue cada día.
Andrea Chica
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