La tarde
La tarde inclinaba sus pestañas,
y el sol apaciguaba su mirada,
la luna entretanto, reclinada,
ojeaba al sol mientras callaba.
El río tempestuoso se agitaba,
las ramas jubilosas se meneaban
las aves en el cielo escuchaban
a aquella pareja que se amaba.
La tarde, ¡oh!, la tarde aquella...
las cañas vibraron en la tierra
el fuego ardía en la hoguera,
el viento musitó la primavera.
Recuerdo que le dimos al ocaso
un beso febril y apasionado
y dichosa sintiendo tus abrazos
te dije con el alma “Yo te amo”.
Andrea Chica
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